El incremento de la población nos obliga a enfrentarnos a problemas complejos en el ámbito de la alimentación, los recursos energéticos, el medio ambiente o la política de migraciones. Un panorama para el que no tenemos precedentes normativos o institucionales. ¿Debemos limitar el crecimiento de la población o aprender a gestionar los recursos de manera más eficiente y sostenible? ¿Es un problema de cuántos o es un problema de cómo?